Frío en la mañana, la frente se congela junto con la nariz. Pequeñas rojeces que me hacen sentir que el invierno va a ser algo más rudo que lo deseado.
Mis gorros son un fiel complemento, un aliado por la mañana, llegué a tener una hermosa y gran colección hasta que las polillas y los años hicieron de las suyas, ahora me conformo con tener menos pero que me complementen las tenidas y me abriguen las orejas.
Para el trabajo….
Entro a trabajar a las 8am, aún oscuro y créanme que en invierno, con temperaturas bajo cero, un buen gorro me ha salvado de caer enferma.
Mi cara redonda se adapta a muchos modelos (o eso siento yo) y me encantan cuando aportan textura y color a un atuendo invernal (como me veo en invierno).
A todas les digo: Atrévanse!