Hace mucho tiempo andaba buscando un shampoo en polvo para probar. Escuché por ahí que son especiales para ese día en que te levantas tarde y no tienes tiempo para lavar, secar y peinar o también para cuando andas media resfriada y quieres bajar la frecuencia de lavado del pelo sin por eso andar con todo el pelo pegajoso por ahí.
Pasé por DBS y encontré varios en spray pero no me tincaron mucho, me imaginé poniéndome desodorante en la cabeza y además los encontré algo caro.
Luego pasé por Lush y encontré uno en polvo llamado “No Drought” que me pareció algo mejor y además pude ver el producto, el polvito. Lo compré principalmente porque Lush a veces me sorprende, andaba media tentada y olía riquísimo.
Leyendo los ingredientes
Llegando a casa me pongo a leer los ingredientes y ¡sorpresa! el famoso shampoo es casi en su totalidad harina de maíz y esencias cítricas. La verdad es que me dio bastante rabia haber comprado “maicena” a casi 10 lucas el frasquito de lo que serán máximo 200 grs. Me sentí bastante estafada.
Bueno como ya lo compré voy a darle una oportunidad para cuando lo necesite.
Llegó el día de probar el shampoo en polvo
Hoy amaneció lloviendo, estuve con tos toda lo noche, no quiero levantarme antes a lavar mi pelo…. Se juntaron todos los ingredientes para recurrir, cual salvavidas a mi cuestionada adquisición. Me lo apliqué en las raíces, haciendo partiduras paralelas con los dedos en las raices pelo.
Me quedaron manchones blancos, pero sabía que eso pasaba. Hay que dejarlo actuar 10 minutos antes de pasar cepillo y secador de pelo, para no dejar nada de producto.
Si bien el pelo lo siento con algo de peso, se ve bastante bien. Me lo lavé hace 2 días y no lo noto pegado ni asquerosito. Además con su olor a limón hace que te sientas fresca y energizada.
Le pregunté a mis colegas de pega si notaban algo y nada, de hecho les gustó la idea.
Queda aprobado su uso y totalmente justificado en ocasiones excepcionales, cuando pasar por el shampoo y agua no son una opción.