Estuve de cumpleaños hace unos días y una muy querida amiga del trabajo me regaló (entre otras cosas) un pack de tres calcetines Sybilla y se puso el parche antes de la herida diciéndome “son calcetines y yo no creo que sea aburrido regalarlos…”, me dió risa porque muchas veces hemos escuchado que es un regalo trillado, aburrido, como de abuelita o sin imaginación. La verdad es que yo lo encuentro sumamente útil y necesario, porque nunca están demás, la gracia es que al regalarlos te preocupes de los detalles, que sean de buena calidad, lindo diseño y bien empacados. A mí me regalaron un pack de 3, unos con la leyenda “I belive in fairy tales”, otro de un color que me encanta (beige con lurex dorado) y otros con pequeñas estrellitas. ¿Cómo no adorarlos?
Definitivo: sólo si regalas unos sin gracia, cariño o estilo serás tildada de vieja fome. Hay mil oportunidades con nuevas propuestas y diseños, aprovecha y queda como reina!
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Obvio que son el mejor regalo, y para los pepis también