No tengo la costumbre de maquillarme, quizás porque mi mamá no lo hace, ni mi tía, nadie de mis modelos de niña lo hacía. Recuerdo a mi abuela ponerse un bello labial en el espejo y tener esas paletas llenas de colores guardadas, pero usarlas muy poco.
Cuando mi mamá se maquilla hasta los perros de la casa se dan cuenta que va a salir y comienzan a perseguirla para que los saque a pasear.
Lo mismo me pasa, esa pereza de darme un tiempito para arreglar lo que tengo me atrapa, pero a voluntad trato de esforzarme porque veo los resultados.
Cuando me maquillo un poco no puedo negar que me siento un poco más bonita, quizás algo más joven y a veces incluso algo más segura, frente a clientes, alumnos o socios.
Ahora si, Nude!
Esta temporada me compré algunos labiales especiales, no para fiestas sino para el diario, para verme mejor en la oficina y no tan descuidada frente a los jefes. Este es el resultado, espero les gusten!