Vamos a recapitular mentalmente mi mes, para poder sacar a relucir las joyitas de un verano intenso y hacer mis Top 3 de felicidad en Enero. (pero poco vacacionado, snif!)
1.- Año nuevo y volver a tener energía para proyectos:
El año nuevo y sus reflexiones me hacen pensar en todo lo que no concreté el año pasado para mejorar el lugar donde vivo con mi familia. Pintar mi departamento, arreglar la cocina, hacerle una mini biblioteca a Ema. Tener tantas cosas que hacer para mejorar mi entorno no me abruma para nada, sino que me da mucha energía para pensar y resolver temas. Me pongo a imaginar y a soñar un poco. ¿a quién no le gusta imaginar como mejorar las cosas en su casa, para sus hijos y para ustedes mismos? Gracias Pinterest por la dosis extra de inspiración.
2.- Días largos e iluminados:
Esto es un super plus para mi, alcanzo a hacer mil cosas más por día y la luz de da alegría, me da vida y la sensación de tener un poco más las riendas de todo. En invierno los días más cortos se sienten como si alguien decidiera por mi cuando se acaba todo. Es como si mis papás me mandaran a acostar temprano porque tengo que ir a acostarme. En verano yo decido a que hora dormir. Esto está sonando como una niñería pero en verdad me siento así.
3.- El ritmo cambia:
En la pega no se toman super desiciones porque no estamos todos, más bien dicho no están todos los que tienen el poder de tomar las decisiones. Todos esperan a marzo. En las calles se ve la mitad de la gente. Vivo en una ciudad que es un centro de trabajo, habitualmente acá no se viene a veranear. Todos los habitantes en vacaciones salen de aquí así que enero y febrero son días de calles despejadas, menos locomoción y donde se puede bajar el ritmo. En verano no se corre. Está esa quizás falsa sensación de que no hay prisa y que las cosas no se pueden sobre presionar. Una delicia.